Por @CiegoVisible, sígueme en twitter
Un sistema patentado por un circuito de Noja (Cantabria) ha logrado que una persona ciega conduzca de manera totalmente autónoma un kart. El músico Serafín Zubiri ha sido el protagonista de este proyecto pionero en el mundo. Como me hubiera gustado a mí, haber probado esta experiencia pues debe de ser alucinante y muchas personas ciegas como yo, anhelamos poder conducir un coche a lo largo de nuestra vida.

Siempre planteas a un amigo o familiar: “¡¡Venga!! Vamos a un descampado sin peligros, cojo el volante y tú me guías”. Todos sonríen y les parece grotesco pero la verdad es que al final no se atreven… ¿Por qué será!
Realmente sí lo probé una vez, nada más quedarme ciego, con veinte añitos, pues estando en el curso de rehabilitación de personas ciegas que tuve que realizar en la localidad catalana de Sabadell, un técnico de rehabilitación en aquella época, joven y atrevido como yo, se dispuso una noche (así no nos veían) a que condujera un tramo corto de una carretera casi sin tráfico y allí fuimos.
La experiencia duró muy pocos segundos pues cuando cogí el volante y empecé a acelerar; me entró tal acojono que lo tuvimos que dejar por una precaución lógica. Pero entonces, os contaré cómo ha sido esta prueba en el circuito cántabro con Serafín Zubiri.
Él ha podido conducir de manera autónoma por una pista de carreras un kart por primera vez en su vida. Serafín Zubiri ha vivido esta experiencia gracias a un novedoso sistema de pilotaje compuesto por un mecanismo en el volante que emite chasquidos cada vez que se gira, una cámara de vídeo incrustada en el monoplaza y un intercomunicador de audio para escuchar las órdenes de un guía que se transforma en los ojos del conductor ciego en el asfalto.
Su inventor, Domingo Alonso, propietario del Karting Los Molinos de Noja, explica que este prototipo está patentado, y cree que es “único en el mundo”, porque considera que el piloto es el que ejecuta al cien por cien las decisiones en la conducción. “La experiencia ha sido fantástica por la noción de libertad que he sentido al tener que tomar las decisiones por mí mismo”, reconoce Serafín Zubiri, después de conducir unas vueltas con el kart.
Recomienda esta aventura no sólo a personas con cualquier tipo de discapacidad visual, sino que propone que esta experiencia pueda ser vivida por aquellos que quieren conocer cuáles son las percepciones de las personas ciegas.
Serafín Zubiri explica que lo más complicado: Al principio, es coordinar la velocidad con las órdenes recibidas por el auricular para sincronizar el juego de pies de acelerada y frenada, aunque al músico cada vez se le ha visto con más dominio al volante, conforme daba vueltas al circuito. De hecho, hasta le ha costado bajarse del monoplaza, puesto que a cada vuelta estaba más seguro en su conducción e iba mejorando su tiempo, incluso ha recibido advertencias de que, a veces, circulaba muy rápido.
Sin embargo, no todo es llegar al circuito y montar en el kart. Previamente, Zubiri ha tenido que hacer un reconocimiento caminando por la pista para percibir sus dimensiones y sobre un mapa en braille. En esa primera toma de contacto se concretan las instrucciones en las curvas que más adelante recibe el conductor por parte de su copiloto, que no estará a su lado, sino en una cabina en la que se recoge la señal de la cámara del kart. Tras esas explicaciones, Zubiri se ajusta el casco de seguridad y, ya dentro del monoplaza, recibe las indicaciones de funcionamiento de los pedales de aceleración y frenada.
Una vez que el coche se pone en marcha, el piloto escucha en todo momento la voz de su copiloto, quien cuando ve —a través de la imagen de la cámara— que el conductor se adentra en una curva procede a dar las órdenes sobre hacia qué lado tiene que girar el volante y hasta cuándo, en función de los chasquidos que tiene como tope la dirección. En otros casos, es un ordenador integrado en el vehículo el que capta la información a través de sensores y ajusta automáticamente la conducción.
La idea surgió hace un año cuando Domingo Alonso y su hermano conocieron la existencia de diseños de karts adaptados para todo tipo de discapacidades salvo para ciegos. En ese momento se pusieron manos a la obra para desarrollar este modelo de navegación que se podría aplicar a otras disciplinas deportivas pero nunca en la conducción por carretera convencional, ya que es necesario la intervención de un copiloto, que dicte las directrices a bordo, y la implementación de medidas de seguridad.
Alonso sigue trabajando cada día en introducir nuevas mejoras a este prototipo que se adapta a las necesidades de cualquier tipo de discapacidad visual e incluso sueña con organizar el primer Gran Premio Internacional de Karts para ciegos en su circuito de Noja.
Pues ahí estaremos, si hay que participar en esa nueva prueba que plantea yo me apunto pues debe de ser genial y se descargará adrenalina de una manera tal que hay que probarlo. El inventor Alonso ya sabe que tiene a Invidente pero Visible dispuesto a ser el nuevo Alonso de los conductores ciegos con lo que a por ello. ¡Ay! Ya sabía yo que esto llegaría y que lo impensable será posible una vez más, con lo que no os extrañe si me veis llegar dentro de poco a cualquier sitio con mi nuevo y flamante coche y luego me echáis la bronca por haber dado un golpecito al coche de al lado al aparcar. ¡Sólo me faltaba eso!