Por Invidente pero visible, Mariano Fresnillo. Sigueme en twitter: @ciegovisible
En estas semanas de julio y agosto, muchos chavales de múltiples edades tienen la oportunidad de disfrutar en infinidad de campamentos de verano que se organizan, para romper un poco con la dinámica de la ciudad, desinstalarse de la rutina y que descansen ellos y también sus familias. Hoy os hablaré de algunos muy especiales: “los campamentos inclusivos o de integración”.

Más de 500 niñas y niños en el caso de la ONCE este verano, pero seguro que muchos más promocionados por otras asociaciones relacionadas con la discapacidad, se reúnen con monitores formados específicamente para vivir unos días de ensueño en los que se aprenden multitud de cosas: convivencia, juegos, aventura, etc.
PARA QUE VEAS 9-7-12 CAMPAMENTO NIÑOS CIEGOS
Entre todo lo que adquieren en estos campamentos especiales, aparte de nuevos conceptos, conocimientos, vivir el aire libre y la naturaleza en toda su extensión, aprenden a convivir niñas y niños con o sin discapacidad para así conseguir verlo como algo natural y que se puede convivir con ello cada día.
Estos campamentos inclusivos hacen de lo complicado lo sencillo, de la diferencia lo semejante y del individualismo, trabajar en equipo. Son valores a resaltar para formar así personas con un talante positivo y de superación, aparte de permisivos y tolerantes con lo diferente y la diversidad.
Pero aunque todo esto sea muy importante, lo más esencial de estos campamentos inclusivos consiste en que esas niñas y niños al convivir con personas diferentes a ellos, pueden apreciar mejor lo que tienen y vivir con más normalidad la discapacidad cuando se la encuentren y a su vez las niñas y niños con discapacidad podrán alcanzar metas con sus compañeros que parecían inalcanzables y se podrán sentir además como uno más en la sociedad pequeña de esos campamentos para todos.
Aprendamos a integrar y a normalizar situaciones. Si hay que hacer un juego de la gallinita ciega por ejemplo, no excluyamos a la persona ciega sino que incluyamosla. Si en una danza nocturna en el grupo hay una persona en silla de ruedas, añadámosla al grupo como una más y si en una actividad musical contamos con una persona sorda, igualmente adaptemos a su manera los sonidos con otras sensaciones. Todo es posible con imaginación y además con materiales específicos que hoy en día existen con múltiples ideas que pueden valer para resolver situaciones complejas.
En definitiva, es necesario desde pequeños apostar por este tipo de integración que en el futuro nos dará muy buenos resultados para conseguir así, personas tolerantes y que de una situación compleja aparentemente, se puedan buscar soluciones y conseguir alcanzar un objetivo común y solidario que enorgullezca y agrade al conjunto de integrantes con o sin discapacidad.