Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’
Hace unas semanas hablábamos, comentábamos sobre el bochornoso espectáculo que habían ofrecido dos entrenadores de la liga de fútbol profesional. Como no pretendo levantar viejas polémicas y, como además, el tiempo pone a cada uno en su sitio, veréis que no cito ni los nombres porque, por suerte o por desgracia, son de sobra conocidos y….para qué darles más publicidad.
El caso es que este lunes he tenido la suerte, el honor y el placer de toparme con un caballero, como los de antes: con formas, educado, paciente, sencillo, directo, honesto y, sobre todo, con lo que yo siempre denomino: ‘sonrisa profiden’ pero de las de verdad.
La cita de este ‘ingenioso hidalgo’ era con un público muy especial. Un grupo de alumnos y alumnas, de entre los 8 y 18 años, que han batido un récord Guiness de participación en uno de los Concursos Escolares con más solera de este país, a parte del que convoca una conocida marca de refrescos. Nos estamos refiriendo al que convocan la ONCE y su Fundación.
Como os decía, D. VICENTE DEL BOSQUE, se ha acercado la mañana del otoñal lunes madrileño a compartir esa alegría con la chavalería que le admira, que le sigue en todos los campos de fútbol por media España. Les ha deleitado con autógrafos, fotos, y, lo más importante: con mensajes solidarios que son tan necesarios e imprescindibles en estos tiempos que corren. Sus palabras han sido verdaderamente emocionantes: ha hablado del trabajo en equipo, del respeto de ese trabajo, de dejar de lado las barreras mentales que, en muchas ocasiones, impiden que las personas, sean del estrato y condición que sean, progresar, normalizarse e integrarse.
Y todo esto lo ha trasladado con un tono distendido y emocionado, a la vez.
Pero lo que más me ha llamado la atención de este buen hombre es su SENCILLEZ y EDUCACIÒN, dos pilares básicos del protocolo que él cumple a rajatabla sin ningún esfuerzo, sin ninguna pose.
Nos ha dado una clase magistral, no de fútbol, sino de saber estar.
Alguien pensará -es muy libre- que detrás de esa imagen de marca, habrá ‘gato encerrado’. Os puedo asegurar que no. D. Vicente tiene el perfil de persona que todos los personajes públicos de este país deberían tener. Este señor ha sido capaz, de momento, que la vorágine de la popularidad no le devore, no le trastorne, no le desvíe de su filosofía humana. Se hace respetar pero por una razón muy sencilla, porque él también respeta y pone en alza todos esos valores que, ahora mismo y es duro decirlo, esta sociedad española está perdiendo: HUMILDAD y SENCILLEZ.
Aquí queda este pequeño homenaje a un hombre que hoy me ha demostrado que no es tan complicado SER FAMOSO Y SER PERSONA.