Por @CiegoVisible, sígueme en Twitter
Entre el 21 y el 23 de noviembre se celebró en Madrid la feria TIFLOINNOVA, evento dirigido a exponer las últimas novedades e inventos en relación a la tecnología para personas con ceguera o deficiencia visual. Con más de 40 desarrolladores entre empresas y creadores de todo el mundo con gran prestigio internacional es lo que llamamos en nuestro entorno de personas con problemas visuales la “tiflotecnología”.
Y… ¿Qué se podía encontrar como grandes novedades para mejorar así nuestra calidad de vida en diversos ámbitos de la educación, laboral, movilidad o vida diaria?
Desde cosas más rudimentarias como el símbolo más conocido por todo el mundo como el bastón blanco que nos identifica en cualquier entorno como persona ciega, se exponía uno con la empuñadura de corcho de más fácil y ligero manejo, más resistente con algún toque de color en los ensamblajes, siempre respetando el tono blanco por tratarse de un emblema internacional.
Además se podían encontrar también nuevas aplicaciones para teléfonos móviles desarrolladas en exclusiva para nosotros, líneas braille y procesadores que nos ayudan a manejar más autónomamente y rápido un ordenador, reproductores de libros en audio y, cómo no, juegos y máquinas de escribir en sistema braille.
Pero la estrella, sin duda, ha sido una impresora en tres dimensiones que, a partir de una imagen en 3D, saca una representación para ser tocada en volumen. Así, se podía disfrutar y la mayoría de asistentes ciegos alucinar, tocando para ver claramente monumentos del mundo como la Estatua de la Libertad, el Coliseo, el Kremlin o la catedral de San Basilio. Ojalá se popularicen y, gracias a ellas, tengamos réplicas de monumentos, objetos, etc. para poderlos tocar y comprender mejor nuestro entorno visual.
La otra estrella de la feria era la posibilidad de pilotar un car sin ver, gracias al guiado a distancia a través de auriculares. ¡¡Que pasada!!
Es importante destacar también sobre todo para el colectivo de personas sordociegas, un curioso reloj que vibraba. Te lo ponías en la palma de la mano (no tiene pantalla) y pulsando tres botones, a partir de frecuencias distintas que sentías, podías saber la hora. Claro que mentalmente tenías que ir contando los latidos, así que como te despistaras…
Sin duda, desde aquí hacemos un gran reconocimiento a esta feria y todos los dispositivos nuevos que nos facilitan más las cosas, aunque siempre existen pegas como son el elevado coste que tienen todos estos artilugios y, por otro lado, lo que tardan en comercializarse en las tiendas de la ONCE, ya que a través de nuestra institución es el canal por el que nos llegan todas estas nuevas tecnologías que muchas surgen de variadas partes del mundo.