Ya quedan pocas horas para despedir el 2010 y darle la bienvenida al 2011. En España y varios países latinos esto significa que quedan pocas horas para comer las uvas. Una tradición que trae de cabeza a más de uno como se puede constatar en la red social. Se podría decir que acerca de esta costumbre hay un grupo para cada persona.
En los momentos previos a que suenen las campanadas hay personas que se dan prisa para poder quitarle las pepitas a las uvas, otros en cambio no paran de contarlas porque no quieren llevarse la sorpresa de ver que en la décimo segunda campanada les faltase una. También es un momento para pedir deseos y propósitos para el nuevo año, y que no os pille el toro como a los de este grupo: yo también me comí las uvas y no hice propósitos de año nuevo.
Uno de los grandes problemas es diferenciar entre los cuartos y las campanadas. Más de uno reconoce que he empezado a comerme las uvas con los cuartos, mientras que otros recuerdan la frase de “no empecéis todavía que son los cuartos”… y ya se han atragantado.
La mayoría de las personas reconoce no acabar demasiado bien esta tradición. Yo también me atraganto con las uvas en nochevieja o a mí tampoco me da tiempo a comerme todas las uvas en fin de año son algunos ejemplos. Incluso hay gente que se lo propone cada año, aunque sin suerte. Yo también he tratado de comerme las 12 uvas en año nuevo y al final me ahogo, mientras que otros ya están resignados a empezar el año con la boca llena de uvas. Aunque esto no es una misión imposible como pueda parecer, porque hay casi 300 personas que aseguran que se acaban las 12 uvas en fin de año.
Seguro que tú también has encontrado un grupo al que unirte.
