El otro día en la prensa leí la siguiente reseña de una noticia que me dejó perplejo: “Una persona invidente de Florida (EE.UU) será el primer ciego en conducir un vehículo, un híbrido equipado con tecnología especial en el circuito de Daytona”.
Pensé en ese instante: “¡¡Ya lo han conseguido!!, porque siempre pensé que esa noticia saldría a los medios dentro de 20 o 30 años y sorprendentemente ya estaba aquí la posibilidad…
Cuando pierdes la vista de joven como me pasó a mí, decides asumir tu nueva situación con todas las consecuencias. Dentro de ese afán por aprender a realizar las cosas de manera diferente existen algunas actividades que en principio quedan vetadas para siempre que luego no son tan imposibles de realizar.
La tecnología sin duda ayuda una barbaridad y el mejor ejemplo es la noticia que os mostraba anteriormente. Cuando algo no lo puedes ejercer te queda siempre ese anhelo de poder algún día realizarlo pero como comprenderéis conducir era algo que tenía ya desechado totalmente. Recuerdo una vieja locura de juventud, cuando un amigo me instó a coger su coche en una carretera cerrada dentro de una urbanización. Era de noche porque así habría menos automóviles y total, el ‘cabroncete’ de mi amigo estaría a mi lado para auxiliarme cuando hiciera falta. Arrancar esa máquina ya fue una proeza y a continuación el recorrido fue muy corto y no debimos de pasar de los 50 kilómetros por hora, yo en ese breve espacio de tiempo iba tan acongojado que no pude ni hablar…
Fue una práctica que no volví a repetir pero eso sí, esta experiencia del ciego americano si llega a España no me importaría probarla…¡¡Habrá que esperar!!
De todos modos, os decía que algunas acciones totalmente visuales, parece que no las voy a poder realizar nunca y como os digo, gracias a la tecnología no es así. Un buen ejemplo es hacer fotografías. Hace años era muy difícil e impensable, pero llegó la fotografía digital y se me abrió el cielo de la imagen…Cuando iba por ahí de viaje con mi mujer ella se cansaba de ser siempre la fotógrafa. Sin embargo ahora con las máquinas digitales ella busca el sitio a fotografiar, se sitúa en el encuadre, me habla para calcular donde me debo poner yo con la cámara y en vez de hacer un click, hago siete u ocho. Siempre alguna o algunas quedan de maravilla. Como veis: problema solucionado y las que no valen se borran y ya está… todo es cuestión de cómo te lo plantees…
