Los belenes son una tradición que me agrada y si os fijáis reflejan como era la sociedad hace 2010 años en Nazaret y la importancia que tenían algunos trabajos como los pastores, las lavanderas… el pueblo en general. Es un buen reflejo social esta representación, y si el 10% de la población somos personas con discapacidad…, ¿Cómo es que no aparece ninguno? Ya lo sabéis, en el belén de este año a una de las figuritas le ponéis una silla de ruedas, un bastón, un perro con arnés de guía… estaría genial.

A parte, os entrego un texto a continuación como mi regalo en estas fiestas. Feliz Navidad de mi parte y como no también de Lillo:
Cosas que no se pueden ver:
– No se puede ver el oxígeno que se respira
– No se puede ver el perfume, que hay muchos, ni el olor de las plantas, algunas son fragancias únicas.
– No se puede ver lo que sientes con un beso, un abrazo o cuando lloras. Eso que hay detrás como dolor o felicidad, se siente.
– No se puede ver ese sonido que oímos o escuchamos como la música, el habla o simplemente los ruidos de la calle: coches, sirenas de ambulancias…
– No se puede ver ese sonido de las hojas de los árboles reoloteando por el viento ni el sonido de la lluvia que a mí me encanta.
– No se puede ver esos olores apetitosos de las comidas, o de ese café que tomó cada mañana.
En definitiva, como decía la famosa frase del Principito de Saint-Exupéry: “Sólo se puede ver bien con el corazón, lo esencial resulta invisible a los ojos”
No lo olvides, aprende a oler, degustar, oír y tocar y la vida se te enriquecerá, porque viendo se observa pero con el resto de sentidos se siente…