Durante la tarde del domingo 26 de septiembre más de 80 instrumentistas, cantantes y bailarines acudieron al lago de la Casa de Campo en respuesta a la convocatoria realizada a través de emails, facebook, llamadas telefónicas, etc… denominada “Cabaret Flotante”.

De Pía Tedesco a Feisbuknius:
Subidos en barcas con sus instrumentos y vestidos de época, celebraron una “cabaret jam-session flotante” que pudieron disfrutar las numerosas personas que se encontraban en el parque madrileño, muchas de ellas sabían ya del evento, aunque también hubo quien se encontró con la grata sorpresa de asistir al espectáculo por encontrarse allí casualmente.
El primero, se celebró el 29 de mayo pasado en el mismo lugar. El evento fue organizado por Pía Tedesco (cantante cabaretera) y Raúl Márquez (violinista) y dejó tan buen sabor de boca a los músicos que participaron en él que se aventuraron a preparar una segunda edición, en la que el boca a boca y la difusión que han facilitado las redes sociales (facebook, myspace…) ha potenciado tanto el número de participantes activos (artistas de todo tipo) como de público .

El desarrollo del evento se organizó de forma sencilla: se colgaron en internet las partituras de los temas de swing y jazz a tocar y, una vez allí, se repartieron folletos con las “reglas” de funcionamiento de la cabaret jam session, que sería coordinada y alentada a través del megáfono que se subió a una de las barcas (artefacto que luego se utilizó también para amplificar algunos instrumentos durante sus solos).
Una vez subidos a las barcas, los artistas comenzaron a tocar estos temas satandard, en los que se intercalaban solos de

distintos instrumentos como en cualquier jam session, con la salvedad de que ésta estaba formada por 80 personas en barcas, de un amplio rango de edades, y de los más diversos estilos y procedencias. Todos ellos compartieron música y diversión con el más alegre de los espíritus.
Clarinetes, tubas, violines, trompetas, trombones, guitarras, ukeleles, banjos, contrabajos, diferentes instrumentos de percusión, un bouzouki… y hasta un coro completo se encargaron de dar forma musical al evento que, una vez transcurrido el tiempo límite de alquiler de las barcas, continuó en el embarcadero durante varias horas más.

Los distintos facebooks de quienes participaron de este momento mágico, están estos días llenos de fotos, vídeos y comentarios en torno a este Cabaret Flotante, que no será el último…
Esperamos que el próximo se celebre pronto, pues este tipo de experiencias creativas abiertas a la participación son siempre bienvenidas. Eso sí, habrá que estar atentos al lugar en el que se celebrará el siguiente, ya que, debido al éxito de público y participación, los organizadores necesitan un espacio preparado para estos “asaltos artísticos” y esperan poder contar con el apoyo institucional que permita acceder a una infraestructura capaz de asumir una cada vez mayor.