Por @CiegoVisible, sígueme en twitter
En este artículo nos vamos a referir a un nuevo invento tecnológico que ha salido a la luz y que parece conseguirá de una vez más lo esperado por muchos, casi de ficción: dar vista a los ciegos a través de la visión artificial. Pero… ¿Es este proyecto es realmente viable?
Todo ha surgido a través de las Google Glass, dispositivo que salió al mercado para utilizarlo como una consola de vídeojuegos. Sin embargo, enseguida los desarrolladores vieron las posibilidades que tenía para aplicar esta tecnología en otros ámbitos. Se trata de unas gafas con las que se obtienen múltiples funciones para interactuar con ellas en diversas aplicaciones y que, dirigidas al colectivo de personas ciegas, podrían utilizarse para alcanzar gran autonomía en múltiples tareas de la vida diaria y en la calle.
De ahí surgió una aplicación española, Glassters, que, aprovechando este recurso y a través de un O.C.R. de tratamiento de textos, podía convertir este utensilio en un elemento que sirva a las personas ciegas para leer, interpretar imágenes y, en definitiva, poder aplicar esta tecnología para gozar de una vida más sencilla.
Las demostraciones que se han realizado se basan en colocar un texto, normalmente de pocas palabras. Una vez reconocido por las gafas, pasa la información a una voz sintetizada que verbaliza lo escrito. De momento, sólo se encuentra en inglés pero se trata de una cuestión menor pues si tuviera éxito seguro que se apresurarían a conseguir una versión en castellano para el público latino.
Además, en la calle puede igualmente utilizarse para identificar objetos con lo que su utilización podría trasladarse también al terreno de la movilidad y autonomía. Estos mecanismos, como estamos comprobando, parten de una tecnología tan amplia que sus utilidades posteriores son múltiples debido a las mentes privilegiadas que van más allá en el aprovechamiento de un producto de estas características.
Mi opinión ante esta aparente revolución tecnológica como persona ciega es muy clara desde hace ya muchos años. Es necesario ser prudente ante todo y esperar sus pruebas y afianzamiento. Ya han existido muchos fracasos o se han inflado proyectos que luego no eran tan vitales. Eso sí, felicitándonos ante estas oportunidades que brotan, no todo es la panacea, tampoco somos conejillos de indias ni monos de circo para ir probando cosas extrañas, pero, sin duda, estas invenciones mejorarán nuestra calidad de vida en esta era tecnológica. Ejemplo de ello, una vez más, es el querido iPhone para los invidentes. La mayoría de personas ciegas coincidimos en que ese aparato nos acerca más a vivir como uno más sin estridencias ni juegos malabares, aplicando con detalle y pulcritud lo que una persona con necesidades especiales necesita.
Por lo tanto, dejemos a estos desarrolladores que sigan trabajando en ello. Por supuesto, su precio será desorbitado al principio, pero esperemos que pueda ser factible de alcanzar y confiemos que esto de la visión artificial en este mundo tecnológico sea la solución para las personas que no ven bien. Tengo claro, aunque quizá no lo llegue a ver, que entre los grandes avances de la oftalmología y de esta propia tecnología en muy poco tiempo no existirán personas ciegas en el mundo.