Como ya sabréis, si habéis entrado en la sección estos días, estuvimos en Ciudad Real presentando el libro que he escrito, Lágrimas por ti. Me acompañaban aparte de mi mujer y mi perro guía Lillo, como casi siempre, cuatro personas más que descubrirían matices míos que desconocían, tras vivir todo un día juntos, y a su vez yo me fijé en aspectos de la convivencia que me parecen curiosos que paso ahora a relataros.
Aunque el perro guía por ley puede entrar en cualquier lugar, en algunos lugares nos han puesto problemas, algo que no ocurrió en Ciudad Real cuando fuimos a comer o a tomar algo. Es necesario tener en cuenta que llevas contigo un ser vivo al que tienes que buscarle un sitio donde colocarle y tienes también que dedicarle el tiempo necesario a sus quehaceres fisiológicos, pero por lo demás ni se entera uno que vas con un perrito ya que se comporta como una personita.
Si fue curioso al llegar al hotel nos facilitaron un plano de situación, y al salir a conocer la ciudad, era necesario orientarse primero en el mapa. Pregunté: ¿Me puedes situar dónde estamos y cómo es de grande la ciudad? Instintivamente la persona que estaba a mi lado me colocó el dedo en un punto del mapa para situarme…
Esta explicación para una persona ciega no sirve de nada ya que si no nos sitúan primero en el contorno de la ciudad rodeando con el dedo la extensión de la misma, un punto aleatorio sin saber cómo es de grande el lugar no te sitúa para nada. Una persona que ve, al fijar su punto de visión en un punto determinado del mapa, está a la vez visualizando la globalidad del conjunto y entonces sí que se puede ubicar.
Para una persona ciega las descripciones tienen que ser siempre de lo global a lo particular. De este modo, en su cabeza irá recomponiendo el conjunto del mapa y rellenando según le vayan explicando todas las partes que forman el conjunto. Puede ser un mapa, una pintura, una escultura, un parque, etc. En cambio, la vista es al revés, y dirige su acción de lo particular donde el ojo pone el foco a lo global donde esté enmarcado.
Luego recorrimos la ciudad y también llegaron las descripciones de una plaza, de un monumento, y más cosas pero el instante delicado fue para describir el ayuntamiento de la ciudad por lo visto muy rococó y psicodélico que se las vieron y desearon para hacerlo. Creo que se dieron cuenta de lo complejo que es acometer estas tareas que surgen sobre todo en los viajes y que cuando alguien ya lo hace, como es el caso de mi mujer, se le quita la gran importancia que tiene porque en definitiva se hace de manera rutinaria, normalizando las situaciones y buscando la naturalidad que para estos ejemplos es la mejor aliada.
P.D. El Ayuntamiento de Ciudad Real es neogótico, pero gracias por el esfuerzo.
