Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’
La semana pasada hablábamos del protocolo que deberíamos tener en cuenta cuando nos presentábamos a una entrevista de trabajo.
Si recordáis comentaba que una parte importante era llevar con nosotros una copia del historial profesional -también llamado ‘curriculum vitae’- que, en su momento, remitimos a la empresa, entidad o institución que convocaba esa oferta de empleo.

En este sentido, y ya os adelanté algo, hemos de intentar no inflar nuestro curriculum en el sentido de que todo lo que en él reflejemos ha de ser rigurosamente cierto. Por una sencilla razón: los departamentos de recursos humanos pueden solicitarnos certificados, títulos, etc.etc de todo lo que reflejemos y, si no es cierto, ahí que nos han pillado. Esto mismo sucede con las ‘referencias’. A saber, si ponemos que somos amigos íntimos del Marques de Del Bosque (lo digo por hacer una cariñosa gracieta con nuestro apreciado seleccionador nacional de fútbol) nos pueden preguntar -en la posterior entrevista personal que nos hagan- por algún detalle como por ejemplo ‘me puede decir dónde nació D. Vicente del Bosque?’. Os parecerá una tontería, pero suele pasar. Además este asunto de la referencia, insisto, es muy delicado porque no es muy protocolario poner que conoces a ‘fulano’ cuando no es así.
Otra cuestión que considero de sumo interés y, así, os lo quiero transmitir es el tema de la ortografía y la redacción. Hay documentos que no hay por dónde cogerlos. Y, os podéis imaginar, dónde acaba un curriculum que tiene un error ortográfico. No os fiéis, en absoluto, del corrector del ordenador que siempre se pasa por alto alguna palabrilla. Que os lo lea, alguien.
Por último, más importante si cabe, cuando enviéis el historial profesional adjuntar una carta de presentación, breve, pero con las ideas muy claras de cuáles son vuestras pretensiones -no económicas, por supuesto- el por qué os presentáis, etc.etc. Esta carta, a veces, ha de ir manuscrita. Sí, sí aunque os parezca mentira, algunas empresas tienen expertos en grafología que hacen una primera criba. Y es ahí, precisamente, donde no nos pueden eliminar. Como siempre, ante la duda, preguntar.