Por @ProtocoloAguado, sígueme en Twitter
La actualidad de estas semanas….bueno diríamos mejor que, desde que empezó el año, está siendo muy convulsa y, quizá lo más triste, se nos están yendo personajes muy ilustres que han escrito páginas preciosas de la historia de nuestro país que, aunque sea en extensión muy diminuto con respecto a otras potencias, es grande en cuanto a riqueza y carga, repito, de historia.

Me voy a centrar en el luctuoso hecho que sucedió a finales de la semana pasada. El fallecimiento del Presidente Suárez, algunos le han llamado el Presidente de la Transición, otros el Presidente del Consenso, de la Concordia….pero, como siempre pasa, quien ha estado a la altura de las circunstancias ha sido la calle, el pueblo.
Nada más conocerse la noticia y que la Familia Suárez decidiera que el féretro con las exequias estuviera expuesto en el Congreso de los Diputados que, a la sazón no olvidemos, es la Casa por excelencia de todos los ciudadanos de este país, aunque a algunos se les olvide, de vez en cuando. Una marea de personas anónimas –niños, adolescentes y, sobre todo, gente mayor- se volcaron a esperar largas colas –dicen de hasta 5 horas- para darle el último adiós, pero en SILENCIO. Un mutis que denominaría excepcionalmente protocolario, sentido y humilde.
La cara de los Familiares del Presidente Suárez, lo decía todo: por un lado la lógica tristeza por la pérdida de un ser querido pero, por otro lado, la satisfacción de ver el respeto que la ciudadanía al completo le profesaba a su paso, como digo, por el ataúd. Toda una lección de protocolo social que hay que resaltarla porque, tristemente, se ve poco.
Estamos en una sociedad irascible que soporta multitud de problemas, de tensiones, de crisis pero que, ante hechos como el que relatamos esas susceptibilidades las guarda en un cajón y homenajea con todo cariño a quien o quienes han dejado escrita una importante página de la historia de España que, a fin de cuentas, es la historia que heredarán nuestros jóvenes y con la que tendrán más derecho a reclamar y más obligaciones para llegar a ser más libres.
Descanse en paz y felicidades a toda la ciudadanía por la lección que han brindado.