Spartacus: Blood and Sand. Por Paula Muniozguren
¿Quién no conoce hoy en día la historia de Espartaco, el gladiador que encabezó la rebelión de esclavos que puso en jaque la república de Roma?, gracias Stanley Kubrick prácticamente nadie. Sin embargo ahora, momento en que las series compiten directamente con el cine en cuestión de innovación y calidad, podemos acercarnos de nuevo a la historia de dicho hombre gracias a Spartacus: Blood and Sand. Ficción creada por la cadena estadounidense de pago Starz, producida por el mismísimo Sam Raimi, y de la que ahora podemos disfrutar en abierto en Cuatro, con cifras de audiencia bastante interesantes.
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La serie que consta de trece capítulos en su primera temporada no empieza a ponerse interesante hasta el capítulo ocho cuando todos los personajes (protagonista incluido) empiezan a mostrar algo de profundidad. Durante los primeros capítulos lo único que nos ofrece la serie es un espectáculo de escenas de acción extremadamente violentas o escenas de sexo nada pudorosas, con una historia de amor de fondo poco y mal aprovechada. En definitiva la primera mitad de la serie deja en un segundo plano lo que realmente importa cuando quieres contar una historia, dotando de un exagerado protagonismo las escenas de acción. ¿El problema?, evidentemente, que se trata de una serie, no de un videojuego. Afortunadamente, a partir de dicho capítulo, hay un giro de guión bastante interesante y las tramas entre personajes empiezan a acelerarse aportando a la serie, para gozo de los que a estas alturas han aguantado, de una gran intensidad dramática que va aumentando hasta explotar en el capítulo final, con unas tramas entre personajes llenas de fuerza, y esta vez acompañadas por fuertes escenas de acción y no al contrario, como debe ser.
¿El estilo?, Cogemos la película 300 de Zack Snyder y la multiplicamos por 10. Efectos especiales digitales a tope, abuso del ralentí, incluso con imágenes en completo stop cual viñeta de cómic. El realismo brilla por su ausencia, dando paso a un exagerado surrealismo eficaz, que roza el esperpento, ya que no habría otra manera de soportar tanta violencia (sangre, vísceras y miembros corporales por doquier). Y de fondo música rock. Recursos modernos, para una serie moderna que producen un efecto bastante ecléctico tratando de esta manera tan espectacular e irreal una serie que pretende ser histórica. Una elección de estilo como cualquier otra que yo considero bastante acertada en los tiempos que corren.
Lo peor, la recreación de una sociedad romana completamente primitiva, movida por impulsos primarios y básicos. Demandando sangre como bestias, semidesnudos en público, practicando sexo por las esquinas y con un vocabulario extremadamente soez. La producción se justifica diciendo que es una recreación realista de la época, cosa que no cuela ni con el estilo de la serie. Que los romanos fuesen libertinos vale, pero ya está, no creo que esa fuese la manera de comportarse en público de la sociedad precursora de los cimientos políticos y cívicos de la actual.
Lo más atrayente de Spartacus son sin duda sus “malos”, el dueño del Ludus, Léntulo Batiato (John Hannah) y su esposa Lucrecia (Lucy Lawless, Xena la Princesa Guerrera, brillante en el papel, para deleite de sus muchos fans) Así como Ilithia (Viva Vianca) algo así como la niña pija de la época que se convertirá casi en el peor enemigo del protagonista. Estos actores, como sus personajes, dotan a la serie de calidad, sus tramas llenas de deseos y ambiciones son lo que proporcionan a la ficción de una verdadera consistencia. No en vano, tras la desgraciada noticia de que el protagonista de la serie, Andy Whitfield padecía de cáncer (del que aún no se ha recuperado), los creadores de la serie decidieron crear una precuela de la serie llamada Spartacus: Gods of the Arena, centrada básicamente en dichos personajes cuatro años antes, cuando Batiato arrebata el Ludus a su padre. Miniserie de seis episodios que ya ha comprado Cuatro y que podremos seguir en España más adelante.

¿El futuro?, con Whitfield recuperándose y sustituido por el actor Lyan Mcintyre, la serie tendrá segunda temporada llamada Spartacus: Vengeance donde podremos seguir al protagonista, el campeón de Capua, convertido en el líder de la revuelta de esclavos ya mencionada.
En la red social facebook una innumerable cantidad de páginas están dedicadas a Spartacus. La más interesante, como siempre, es la página oficial, gestionada por la propia cadena. Pero también hay simpáticas aplicaciones como la que te permite saber que papel tendrías en la sociedad en la que transcurre la serie e incluso algunos juegos o incluso páginas en apoyo de su protagonista para una pronta recuperación. Desde Feisbuknius le deseamos mucho ánimo y suerte.