Scroll Top
19th Ave New York, NY 95822, USA

Mis ojos de cuatro patas

Si os digo que es fiel, cariñoso, simpático, sensible, y muchas virtudes más que podría destacar de él, pensaríais: ¡¡Qué persona más alucinante!! Pues sí, para mí es como una personita porque se comporta mucho mejor que bastantes que conozco y es que mi perro guía Lillo es una prolongación de mi mismo aportando mucho en mi vida como persona ciega. Como decía Groucho Marx: “cuanto más conozco a las personas, quiero más a mi perro”.

No sólo me da seguridad que para eso es perro guía y fue adiestrado en esa función, sino que Lillo me aporta muchas experiencias y sensaciones que habéis leído en artículos anteriores y que comparto siempre con él.

Seguro que mucho más que algunas personas, ha viajado en avión, barco, lancha, ah entrado al teatro, cine y espectáculos diversos aparte de desenvolverse con destreza en cualquier ciudad o lugar desconocido para mí. Como veréis en las fotos, he estado en la nieve que le encanta, en la playa igualmente y hasta le coloco una pajarita el día que vamos de boda o cualquier celebración.

No penséis que es un GPS ya que también nos perdemos como todos cuando no conocemos el recorrido pero ante eso preguntando se soluciona. Como podréis deducir el trabajo en la calle es de los dos porque yo pregunto, le indico y decido por donde ir pero Lillo es el que me guía o me corrige si me quiero meter en algún sitio peligroso. Recuerdo una vez con una viejecita que al preguntarle por una calle se agachó hacia la cabeza de Lillo y con la mano le dijo a él en vez de a mí:

  • ve todo recto y luego a la derecha…

Esa mujer tenía claro quien era el listo del tándem y como también dicen otras personas mayores: “sabe latín…”. Sin duda, soy afortunado al tenerlo conmigo, porque pensar que siempre voy acompañado por la calle es una suerte y con él me desahogo, le canto, le confieso mis cosas y claro, no se lo cuenta a nadie. Es parte de mí y por eso cuando al vernos le saludan primero a Lillo, a mí no me importa por ser los dos esa unidad indivisible.

Mariano Fresnillo siempre, incluso de viaje, con Lillo
Mariano Fresnillo siempre, incluso de viaje, con Lillo

Para una persona ciega, al rehabilitarse, el bastón es la herramienta básica de movilidad y con él aprendes a moverte sin ver, a orientarte y salvar obstáculos pero evidentemente tiene sus carencias. Por eso disfrutar de un perro guía lleva su tiempo de aprendizaje y acoplamiento pero luego se gana mucho en rapidez, seguridad y autonomía.

Es necesario indicar que al perro guía se accede siempre después de manejar el bastón porque haciendo un paralelismo, es como si al acabar de sacarte el carnet de conducir te dieran directamente para conducir un Ferrari. Sería una locura y antes es necesario destrozar uno u dos utilitarios para llegar a ese nivel, pues con Lillo ocurre lo mismo. En definitiva, con Lillo os puedo asegurar que en muchas ocasiones es como si volviera a ver.

¡¡¡¡GRACIAS LILLO!!!!

Entradas Relacionadas
Clear Filters
Buena gente, un proyecto radiofónico que te encantará
NI LOURDES NI FÁTIMA… EL MILAGRO DE LIVERPOOL
YA ERA HORA…, Y LAS DOS A LA VEZ