En diciembre abordamos todos los años multitud de fiestas y para las personas ciegas, el día 13 es muy especial al celebrar el día de Santa Lucía, nuestra patrona junto a las modistas que también se dejaban la vista en su oficio y los ópticos que evidentemente tienen también relación con este esencial sentido. Por eso hoy, en estas líneas, os invito a reflexionar sobre este aspecto tan esencial para la vida. ¿no es así?

En esta sociedad de lo visual, virtual, interactivo y diseños espectaculares, según estudios realizados recibimos el 90% de la información a través de la vista. Las grandes resoluciones de pantalla en numerosos aparatos, la inserción cada vez más agresiva de imágenes en 3 D que dejan a todos alucinados, la gran creatividad y profesionalidad de cualquier elemento gráfico o audiovisual provocan quizás un abuso excesivo de la vista por encima de los otros sentidos.
Si te paras un momento a analizar tu entorno circundante, te darás cuenta que existen sensaciones y elementos que puedes percibir con cualquier sentido pero sino utilizas la vista no te fías de que puede ser eso. Imagina que ahora mismo que me estás leyendo, oyes un ruido a tu espalda fortuito…, ¿qué harías? Seguro que instintivamente girarías el cuello hacia atrás para ver, y repito ¡ver!, que ha sido ese ruido escandaloso…
Pero…, y aquí viene la reflexión…, si tenemos el sentido del oído…, ¿Por qué no detectamos e identificamos ese famoso ruido con nuestras orejas y potenciamos y dejamos que haga ese trabajo por encima de nuestros ojitos…?
Estoy convencido que nuestros antepasados en la prehistoria cuando sentían un ruido extraño, seguro que trataban de identificarlo con sus oídos primeramente aunque luego se apoyaran con la vista. Seguro que tenían mucho más estimulados y potenciados sus sentidos que nosotros al utilizarlos mucho más y serles muy útiles. Seguro que oían más, degustaban más, olían más y tocaban más…, y seguro además que percibían y sentían por igual o más que nosotros sin tener toda la tecnología a su alcance.
Cuando yo me quedé ciego con 18 años y fui a aprender el sistema braille, me sorprendió que el aprendizaje de este sistema de puntos lo empecé cuatro meses después del día que fui inicialmente y ¿sabéis porqué? Tenía que estar realizando previamente talleres de cestería, mimbre, barro y técnicas de psicomotricidad para poder estimular el sentido del tacto y prepararlo en definitiva para que trabajara más a partir de ese instante…
Por eso, es importante que hoy nos demos cuenta de la importancia de todos los sentidos para nuestra vida y que cuidemos evidentemente nuestros ojos por lo vital que son cada vez más, asistiendo por lo menos una vez al año al oftalmólogo a una revisión, y que sepamos apreciar todo lo que nos pueden aportar el resto de los sentidos de riqueza emocional y sensorial a nuestra existencia. ¡¡Cuántas cosas bonitas nos perdemos a nuestro alrededor!!
para terminar, os invito a que cuando leas estas líneas te plantees al día siguiente dedicarte a fijar tu atención en todo lo que vas a vivir en esa nueva jornada pero centrándote en lo que perciben cada uno de los sentidos. ¡¡verás como alucinas!! Y después, anímate a oír, oler, gustar, tocar más y en definitiva a sentir con todo tu cuerpo, te encandilará y luego me lo cuentas y lo compartes…., ¡¡a disfrutar!!