Por @CiegoVisible, sígueme en Twitter
Ha surgido en estos días la gran noticia de que ya se ha conseguido la posibilidad que una persona sorda pueda volver a oír. Siendo sin duda un gran adelanto, siempre en las informaciones que han brotado muestran la alegría de este gran descubrimiento pero… ¿será totalmente positivo este avance?

La protagonista se llama Joanne Milne que nació con la rara enfermedad del Síndrome de Usher, que la dejó sorda desde que llegó a este mundo. Escuchar la simple relación de los días de la semana fue para ella el mayor hallazgo que pudo conseguir. Abrumada por la emoción, reaccionó a las palabras de su doctora tras 40 años de silencio absoluto.
El Síndrome de Usher también afecta a la vista. Joanne se dio cuenta al cumplir los 20, justo cuando la enfermedad le empezó a afectar a la vista, según relata el DailyMail en su edición digital.
El mes pasado, esta mujer se sometió a una operación que le ha cambiado la vida: la inserción de implantes cocleares. Tras la intervención, tuvo que esperar cuatro largas semanas para saber si el proceso había sido, o no, un éxito. Un vídeo captura el momento en el que Joanne escucha su propia voz por vez primera: “Es muy, muy extraño. Es absolutamente increíble”.
La activación de los implantes ha sido la “experiencia más emocionante y abrumadora” de la vida de Joanne. “Todavía estoy en shock. Tengo que aprender a reconocer los sonidos”. Joanne se emociona al oír cosas tan cotidianas e insignificantes para muchos como el ruido que produce un interruptor de la luz al ser pulsado o el agua corriente golpeando la pila. “No puedo dejar de llorar”, esgrime la protagonista de esta historia que ha pasado a la historia por conseguir oír, lo que hace años sería imposible.
Sin duda, esta noticia nos impresiona pues se ha conseguido hasta en personas sordas de nacimiento como es el caso mencionado que es lo más complejo. Complicado es porque el hecho de otorgar la posibilidad de oír a alguien que nunca lo ha hecho puede ser beneficioso pero también hay que pensar en ese cerebro que tiene que identificar esos sonidos y sobre todo la reacción de la persona al meterse en un mundo vetado desde hace tantos años.
Echo en falta la opinión de un psicólogo para que nos contara cómo será la adaptación en el día a día habitual de esta persona con el entorno sobre todo con todo el ruido que existe y lo que supondría para cualquiera un cambio de estas características.
No quiero ser agorero con este adelanto ni contra el progreso científico pero tengamos cautela con estos grandes cambios en las personas pues admitirlos y asumirlos mentalmente puede costar mucho tiempo y este aspecto no aparece en las noticias. Enhorabuena a la comunidad sorda por lo que esto supone y aprovechar las personas sordas para escuchar todo lo bonito que nos ofrece la música por ejemplo o los sonidos de la naturaleza, ¡¡qué maravilla!!