Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’
Amigos, amigas. A última hora he cambiado mi colaboración de esta semana. Si. He reflexionado y quiero, precisamente, compartir con vosotros y vosotras, que pensemos por un momento si días como el de ayer en el que se homenajea a las mujeres sirven, de facto, para la fomentar la igualdad.
Esta vez y sin que sirva de precedente, me voy a mojar. Creo que no. ¿Por qué en vez de celebrar el ‘Día Internacional de la Mujer’ –antes ‘Día de la Mujer Trabajadora’- celebramos el ‘Día Internacional de la Igualdad’ de todos. Hombres, mujeres, niños, niñas, discapacitados, discapacitadas, pilotos, azafatas, cajeros, conductoras de bus, etc., etc. Es decir, no fomentemos la igualdad solo para las mujeres porque, sin quererlo, vamos a desequilibrar la balanza en otros elementos de esta sociedad tan desigual, de por sí.
Puedo estar de acuerdo en que estas conmemoraciones quieren recordarnos que aún queda mucho por hacer en el terreno de la igualdad salarial para la mujeres, de la igualdad de derechos, etc., etc pero, insisto, si continuamos por esa vía el hombre, como tal, finalmente irá por detrás de la mujer y, lo más lógico, es que todos vayamos en grupo, trabajemos juntos. De ahí que considere un error la manía de las cuotas de poder. Me gustaría que alguien me explicara esa terrible manía de acaparar poder, mando. Si lo más mejor es trabajar unidos, juntos por un objetivo común. En cuanto creemos cuotas ya estamos recayendo en la desigualdad.
Me váis a permitir que esta reflexión que os acabo de comentar lo compare con la esencia del Protocolo. Es de la pocas disciplinas que, aunque parezca mentira, fomenta la igualdad y siempre intenta, lucha porque nadie quede relegado, que todo el mundo tenga la posición que debe tener en un momento determinado. En un acto, a veces, presidirá una mujer y, en otras, ese honor lo ostentará un hombre. Incluso podrá ocurrir lo que se viene a denominar ‘presidencia compartida’ que puede ser perfectamente un hombre y una mujer.
Hay otra cuestión importante que no me gustaría pasar por alto. Esta igualdad que, en el fondo, es respeto entre todos y todas, hay que inculcarla en la escuela, entre nuestros peques. Cuando consigamos que nuestros diminutos entiendan esto habremos dado un paso de gigante.
Por cierto, y termino, por muy original que se quiera ser, no acabo de captar por qué un equipo de fútbol ha llenado su tribuna principal, solo de mujeres. ¿Es esto Igualdad? ¿Estamos seguros de querer esto?.