Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’. Sigueme en twitter: @protocoloaguado
Estamos en la recta final de estos XIV Juegos Paralímpicos de Verano. Independientemente del resultado deportivo final, nos atrevemos a realizar una primera valoración global. Estos han sido los juegos de la ciudadanía londinense. Han abarrotado todas y cada una de las instalaciones donde se celebraban las pruebas. El público británico ha vibrado no solo con las medallas que ganaban sus compatriotas sino que el ‘fair play’ ha reinado y se ha extendido como un bálsamo por las gradas de todos los estadios. Los aplausos iban dirigidos a la discapacidad.

Por mucho que os describa hay que estar aquí. Me ha sorprendido, sobremanera la ingente cantidad de público infantil y no tan infantil que ha gritado hasta la saciedad.
Otro dato curioso, los típicos ‘pubs’ londinenses, muy dados a las retransmisiones constante de partido de fútbol o de rugby han hecho un ‘stand by’ y muchos de ellos emitían en sus locales imágenes de las pruebas de atletismo, natación, boccia (la tradicional petanca pero en este caso practicada por las personas con parálisis cerebral), ciclismo, futbol sala para ciegos, etc.
Como suele ocurrir en estos casos, sobre opiniones no hay colores pero me atrevería a decir que estos Juegos Paralímpicos suponen y han de suponer un punto de inflexión en el movimiento paralímpico. De algún modo, me apunto a las teorías de mi buen amigo y colega de blog Mariano Fresnillo y no podemos dejar que esta competición pase a ser un circo romano en el que solo se observa cómo unos discapacitados son unos héroes o se les califica como tal, solo por hacer deporte. Hemos de luchar por unos juegos inclusivos, normalizados que, poco a poco, nos lleven a no discernir sino a integrar en el mundo del deporte a otras personas con una diversidad funcional. Hay unos tímidos pasos, pero eso tímidos (Óscar Pistorius, Im Dong Hyun, etc.).

Puede sonar a música celestial lo que defendemos o compartimos, de algún modo, Mariano y yo, pero Londres 2012 a de ser un punto de no retorno.
La muestra, en primer lugar, la tenemos en el apoyo de los patrocinadores, que en el caso del Equipo Paralímpico Español supone un aldabonazo con el que muy pocas selecciones cuentan. Muchos de ellos han podido experimentar de primera mano cómo se viven uno de los acontecimientos deportivos de primera magnitud.
De ahí que sea muy importante, y así algún partner que otro se lo ha hecho saber a nuestro/a Ministro/a del ramo, que desde la Administración Central, han de ofrecerles beneficios fiscales en su aportación al deporte paralímpicos, entre otras importantes cuestiones.
Por otro lado, varios diputados de la Comisión de Educación y Deporte y de la Sanidad y Servicios Sociales han experimentado, en directo y aquí en Londres el esfuerzo, primero de los deportistas, sus familias, los técnicos, entrenadores, etc.
En fin, Londres 2012, con su organización, el excepcional comportamiento de su pueblo, el extraordinario y excelente trabajo de los voluntarios –su propia palabra lo expresa- han puesto el listón muy alto a Rio 2020.