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El post día de la basura

Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’

El pasado fin de semana se celebró el acto central de la conmemoración del ‘Día del Orgullo Gay’. Las calles de Madrid se vistieron de la ya conocida bandera del arco iris que simboliza el significado de este movimiento que lleva años reivindicando sus derechos, todavía denostados algunos de ellos, y en esta edición, en concreto, siguen su particular lucha contra la extensión del SIDA ya que las estadísticas señalan un pequeño repunte.

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Pero este tipo de fiestas, conmemoraciones, celebraciones en las que hay una ingente concentración de gente que procede de otras ciudades e, incluso, de otros países siempre provoca un cierto descontrol, descoordinación que afecta a los ciudadanos de a pie que, si bien, no participan directamente de esta fiesta pero sí que aprovechan para, a lo mejor, disfrutar de un paseo tranquilo por el centro de Madrid, hacer las compras que a lo largo de la semana no pueden hacer o, simplemente, que les de el aire. Bueno, pues esto último ha sido imposible. La cantidad de basura acumulada el día después ha sido tal que los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid no han dado abasto. Me vais a permitir que haga varias lecturas y reflexiones de esta pobre imagen que hemos ofrecido al resto del mundo.

Por un lado, es posible que el delegado del área que coordina la limpieza en la Corporación Municipal no haya previsto reforzar el número de contenedores o tener unas patrullas itinerantes para ir despejando de despojos aquellas zonas menos transitadas. Asimismo, el personal asistente al festejo ante la falta de estos recipientes no se ha estrujado la mente y ‘como estamos de fiestuki’ pues ha arrojado todo –hasta el rosario de la aurora- al suelo. Por último, que los propios organizadores se hayan visto sobrepasados por el extraordinario y brutal número de almas asistentes a la celebración.

¿Qué conclusión podemos sacar de todos estos datos?. Pues que ha sido lamentable, penoso y deplorable la imagen de una ciudad que presume de ser el adalid de los derechos civiles con la celebración de este día. Creo que la corresponsabilidad es de todos: Ayuntamiento, organizadores y asistentes. Un lugar tan turístico como la Plaza de España, la Plaza de Callao o la propia Plaza de Chueca y aledaños no pueden aparecer con toneladas y toneladas de basura. No. Me niego a que mi ciudad ofrezca esta portada en los diarios de medio mundo.

Me da la impresión de que, últimamente, no sabemos divertirnos si no se mancha, si no se monta bronca o si no nos ponemos ‘hasta arriba’ de todo. Porque no vamos a hablar de las cifras ‘oficiales’ de atendidos por intoxicación etílica y de otra índole. Eso es otro punto y aparte.

Espero que el año que viene no tengamos que celebrar el ‘Post día de la Basura’.

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