Algo se mueve. Internet revienta con escándalos de la talla de la ‘Ley Sinde’ y Wikileaks, como señalaban en ‘the last Thursday’ (“y lo que falta por llegar”) ayer jueves, y el poder lanza sus coletazos más salvajes para cerrar la comunicación, la base de todo, a través de las redes sociales. A estas dos polémicas hay que sumar un par de acciones sin escrúpulos de dos gobiernos: Siria y Egipto.

Censura y más censura contra la libertad de expresión de Internet y las redes sociales. La verdad es que esta semana no ha dejado un buen cuerpo en los internautas. En España, la controvertida Ley Sinde. En el mundo, ya se ha metido la tijera en dos países como son Egipto y Siria. Los ciudadanos, convertidos en usuarios de la red, no se quieren callar y han desatado la revolución en la red.
En Egipto, nos hemos enterado que el gobierno del incombustible Hosni Mubarak ha puesto el grito en el cielo bloqueando las dos principales redes del país, las dos vías de comunicación al exterior. Su régimen puede tener los días contados, como el de Túnez.
En Siria, la situación parece más tranquila de momento. Eso sí, su máximo mandatario se prepara ante lo que pueda venir y también ha taponado de forma abusiva el uso de las redes sociales. Las últimas prohibiciones, el chat de Facebook y la censura a los programas Nimbuzz y eBuddy. La página principal de la gran red social también está inaccesible.
La inicial revuelta en Túnez ha puesto en alerta a todas las dictaduras. Según las últimas noticias, comienzan a surgir movimientos en otros lugares como Yemen, Internet se ha vuelto a convertir en el lugar en el que está naciendo un nuevo pensamiento.