Scroll Top
19th Ave New York, NY 95822, USA

¿Cuándo es peor quedarse ciego?

Con este artículo, ya hace un año que abrimos esta ventana en feisbuknius para hacer visible la discapacidad y más concretamente la ceguera, de lo que estoy muy orgulloso y contento por la gran respuesta que he tenido de vosotros que me leéis a menudo. Hoy tocaremos uno de esos temas que me encantan y que os hacen pensar en algo que hasta ahora nunca os habíais planteado: ¿En qué momento de la vida es peor quedarse ciego…?

Mariano Fresnillo y su perro guía Lillo.
Mariano Fresnillo y su perro guía Lillo.

Os planteo tres posibilidades a elegir que luego más adelante os explicaré con detalle la idiosincrasia de cada una. La primera es cuando nacemos, la otra posibilidad es en la juventud, o como me pasó a mí con 18 años, y la última en edad adulta a partir de los 50. Antes de comentaros mi opinión, os dejo que elijáis una de las tres…

La mayoría de las personas a las que le he realizado esta pregunta suele elegir la opción de la edad juvenil, quizás por pensar que el shock es más contundente y cuesta más remontar porque eres más pueril. Os puedo asegurar ya que es mi caso concreto que no es la más difícil porque, aunque sí sufres el altercado, tienes fuerza, ganas, ilusión por vivir y descubrir todo lo que se plantee y una vida por delante que recorrer como persona ciega, con unos parámetros distintos pero una vez rehabilitado y asumida la ceguera, aprendes a vivir de otra manera.

Su libro Lágrimas por ti.
Su libro Lágrimas por ti.

La otra opción que creo tampoco es la peor, es de nacimiento porque como ya naces con esa impronta, ves la vida de otra manera y si la educación es correcta puedes hacer una vida normalizada e íntegra sin problemas. En otro artículo que sacaré la semana que viene os ahondaré sobre los ciegos de nacimiento y aspectos que seguro nunca habéis pensado en relación a ellos.

Entonces para mí, la opción que creo más delicada como un mal momento para quedarte ciego sería de adulto y además cuánto más tarde peor. Actualmente se afilian a la ONCE 3500 personas cada año aproximadamente y prácticamente la mitad sobrepasa los 55 años. Dato concluyente de cómo ha cambiado gracias a la tecnología y los avances oftalmológicos la situación de la ceguera y la deficiencia visual.

Por eso, a este tipo de personas les es muy complejo afrontar en ese tramo de la vida un cambio tan fuerte, por la falta ya de ganas, de ilusión, quizás ya con los hijos fuera del hogar, y con menos fuerza para acometer adaptaciones en su vida ordinaria que no son sencillas. Hay también personas que piensan que cuanto más tarde mejor, pero reitero que en estos tramos de edad, el terremoto de la discapacidad es tan grande, que he llegado a conocer a ciegos mayores que se han pasado años encerrados en casa, muy limitados en su vida diaria y que al final aunque han conseguido normalizar su vida, lo tienen asumido en parte ya que recuerdan constantemente sus años cuando veían añorando el pasado. Esperemos en definitiva, que cuando llegue, si tuviera que ser así, nos pille con fuerzas, ganas e ilusión por vivir viendo o no…

Entradas Relacionadas
Clear Filters
Buena gente, un proyecto radiofónico que te encantará
NI LOURDES NI FÁTIMA… EL MILAGRO DE LIVERPOOL
YA ERA HORA…, Y LAS DOS A LA VEZ