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La comedia clásica sigue viva

Morning Glory. Por Ignacio Estrada

Cuando en un mercado que está saturado de comedias vulgares para adolescentes donde premian el chiste fácil y la grosería, aparece una comedia de corte tan clásico como Morning Glory, estamos de enhorabuena, pues aún queda vida inteligente en Hollywood.

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Morning Glory no ha inventado nada nuevo, a pesar de que su productor sea el nuevo Rey Midas de Hollywood, J.J. Abrams (Star trek 2009), pero el simple hecho de que sea una comedia donde el espectador no sea tomado por un descerebrado y cuente una historia más o menos normal, es de aplaudir.

Rachel McAdams (De boda en boda) interpreta a una joven sobradamente preparada que intenta ganarse la vida en los magazines matutinos y cuando le llega una nueva oportunidad, los presentadores y sus egos no se lo van a poner nada fácil. Estos dos presentadores son Diane Keaton (Annie Hall), pasadísima de vueltas pero muy graciosa, y un Harrison Ford (Armas de mujer) que “se come” la cámara cada vez que sale.

MORNING GLORY
MORNING GLORY

McAdams recuerda a una profesora de instituto intentando poner orden en una clase, pues cada uno de los habitantes del plató van a ella con su cuento, y a pesar de tener dos “niños” prodigio como Keaton y Ford, ella sale airosa y consigue no ser eclipsada en ningún momento.

En este tipo de comedias también hay que alabar la cantidad de secundarios conocidos que salen haciendo muy bien su trabajo y respaldando tanto a viejas glorias -Ford o Keaton- como a las jóvenes promesas –McAdams o Wilson (Watchmen)-. Estos son: Jeff Goldblum (La mosca), magnífico haciendo de jefe, John Pankow (El secreto de mi éxito) entrañable como el ayudante de la protagonista, y Matt Malloy (Election) un roba planos espectacular, que interpreta al hombre del tiempo…y algo más.

Roger Michell, quién hace años filmó aquella pequeña joya llamada Notting Hill, nos vuelve a dar una clase magistral de cómo mover la cámara en una comedia. Encuadres curiosos, planos bonitos, pausas, y buena música, tanto instrumental, a cargo de David Arnold (El mañana nunca muere) como de canciones de hoy y ayer.

En resumen, es una película para todos los públicos, pero muy recomendable para padres, es decir, gente que les apetezca disfrutar de una comedia “como las de antes”, y olvidarse un poco de chistes sobre penes, alcohol, y drogas. Atentos a chiste de Jimmy Carter, políticamente incorrecto, pero con mucho gusto.

Puntuación: 7,5/10

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