Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’
Se nos acaba 2010.
2011 está llamando a la puerta y entrará con todas sus fuerzas, a saber: subidas de la luz, los combustibles, el paro, la gresca y la bronca política, las elecciones municipales y autonómicas. Vamos que no nos aburriremos para nada.

Mientras tanto, como decía, 2010 se despide con un balance pésimo en todos los sentidos, incluso en lo protocolario tal y como hemos venido comentado en este humilde rincón. No soy muy de balances ya que corremos el peligro de caer en lo típico tópico pero sí quiero, en esta ocasión, lanzar un órdago a todos los que nos seguís a través de esta extraordinaria red social que, entre todos, utilizcemos para hacer una sociedad más agradable, más respetuosa, más cívica, justa, solidaria sin tener que recurrir, por favor, a la violencia y a los malos modos y siempre a pesar de la que tenemos encima.
No sé si estaréis de acuerdo, pero el otro día un amigo me comentaba –y no sin razón- que, ciertamente, la ‘cosa está muy malita’ pero que desde determinados sectores da la impresión que se achucha, más aún si cabe, este ambiente pesimista y depresivo. No voy a señalar a nadie porque todos sabemos quiénes son. Allá cada uno. Quizá, en cierto modo, somos todos un poco culpables y/o corresponsables.
Ante este panorama hemos de luchar con nuestras mejores armas como son la simpatía, el respeto, las buenas formas y, en definitiva, un comportamiento acorde a nuestro entorno. Solo se trata de intentarlo día a día. A veces saldrá y otras tendremos que ‘mordernos la lengua’. Eso no quita para que, con toda la elegancia de hidalgos caballeros y damas, reivindiquemos aquello que sea justo pero siempre, siempre desde el respeto protocolar y desde la educación.
Apreciados lectores e internautas, gracias por seguir ahí porque –no es por haceros la pelota- si no fuera por vosotros, éste que escribe no estaría al otro lado y, en el fondo todo sería muy aburrido.
Os deseo un 2011 repleto de ilusiones y proyectos compartidos.