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Adiós Benedicto, adiós

Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’

La visita oficial de Benedicto XVI, El Santo Padre, ha finalizado. La Jornada Mundial de la Juventud, también. Pensaréis, algunos, que estoy mal de la cabeza y que ya sabéis, de sobra, lo que os acabo de escribir. Tenéis toda la razón. Pero ahora os explico el por qué de estas dos aseveraciones, por separado.

SS. MM. los Reyes de España recibieron a Benedicto XVI en Barajas.
SS. MM. los Reyes de España recibieron a Benedicto XVI en Barajas.

Desde muchos ámbitos interesados, mediáticos, grupales, asociativos e, incluso, institucionales se ha intentado confundir a la opinión pública respecto de estos dos acontecimientos. Los dos han tenido una identidad propia e, incluso, un tratamiento organizativo y protocolario diferente.

La visita de Benedicto XVI, como Jefe de Estado que es, eso no podemos olvidarlo, ha sido tratada con todos los cánones que el protocolo oficial contempla en este tipo de actos oficiales. Para muestra un botón: Sus Majestades los Reyes de España le recibieron a pie de avión en el Aeropuerto de Madrid-Barajas. Del mismo modo, le despidieron el pasado domingo.

Cartel de Las JMJ 2011.
Cartel de Las JMJ 2011.

Por tanto, todos aquellos que han intentado mezclar, sin explicarlo debidamente, Jornada Mundial de la Juventud, con visita del Papa, creo, se han equivocado y mucho. Aquellos que han dicho que el ‘Papa no con mis impuestos’ también podrían haberse manifestado y haber protestado cuando el Príncipe Carlos y su esposa visitaron España hace unos meses. Ambas visitas, de carácter oficial, son sufragadas –otrora lógica- por el erario público y eso está contemplado en los Presupuestos Generales del Estado. A la inversa: cuando nuestros mandatarios van a otro país, parte de ese viaje y organización es pagado por los Estados correspondientes.

Creo que esta precisión es necesaria porque, como decía al principio, desde muchos rincones se ha tergiversado todo o parte de la información.

Ahora toca analizar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que, desde el punto de vista técnico, hay que decir que ha sido uno de los eventos más espectaculares que jamás se recordará en esta ciudad, salvo si nos conceden los Juegos Olímpicos y Paralímpicos el año 2020. Teniendo en cuenta que, en un corto espacio de tiempo, ha habido un movimiento de masas extraordinario y sin precedentes.

Como reseñaba, desde ese aspecto, no hay nada que reseñar. Ahora es el turno de balances y de reflexiones. Las autoridades eclesiásticas están muy contentas. Ni que decir tiene que los políticos nacionales y autonómicos también se han apuntado al carro de los parabienes. Los empresarios, con la que está cayendo, han puesto sonrisa ‘profident’ y, como suele ocurrir, algunos se habrán ‘puesto las botas’ a base de subir los precios y no contratar a más personal. Otros, como ya han denunciado los taxistas, ni fú ni fá.

Benedicto XVI durante su visita a Madrid.
Benedicto XVI durante su visita a Madrid.

Lo que no ha estado tan bien ha sido el resultado de las manifestaciones contra la organización de la JMJ y la Visita oficial del Papa. Creo que se debería reflexionar sobre la intolerancia exacerbada que se está tejiendo sobre determinados sectores sociales. No estoy señalando a nadie en concreto. Solo quiero poner de manifiesto mi tristeza ante las imágenes que he podido ver estos días cuando partidarios de un lado y otros se enzarzaban en gritos y en algún empujón que otro. Bien es cierto, que días después reducidos grupos de laicos y clericales se reunieron en Sol para analizar lo ocurrido.

Por otro lado, está la actitud de ciertos Policías antidisturbios. Las imágenes están ahí y hablan por sí solas. Solo me hago una pregunta ante la actitud reiterada de estas actitudes aisladas: ¿tenemos Ministro del Interior o lo ha secuestrado Harry Potter?. La Delegada del Gobierno, ¿a qué se dedica?

Como ciudadano, igual que vosotros y vosotras, pago mis impuestos y exijo que mi libre circulación por las calles sea segura y que, en el supuesto que me vea inmerso en una manifestación y/o concentración se me asegure mi integridad física. Solo y de momento exijo eso.

Insisto, por último, que se deje de manipular y que ¡fuera la intolerancia!.

 

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