Por Javier Aguado, ‘Master en Protocolo y Ceremonial’. Sigueme en twitter: @protocoloaguado
El pasado viernes, 11 de Noviembre a las 11.00 horas, la Organización Nacional de Ciegos Españoles celebró un acto institucional, bajo la Presidencia de Honor de SAR La Princesa de Asturias y con la asistencia de SAR La Infanta Margarita. Amén del protocolo del acto, y de la complejidad organizativa que supuso es esta la primera vez, desde la democratización de la ONCE, en el año 1984, que esta Entidad con nombre de número, como le gusta decir a su Presidente, organiza un acto tan emblemático y con una carga de emotividad sin parangón. Es más, la primera vez que dos miembros de la Casa Real española que acuden, juntas, a un evento de este calibre.
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Esta Institución lleva más de 70 años (no olvidemos que fue creada por el anterior Dictador, en el 1938) luchando por la integración y normalización de las personas con discapacidad visual. Su andadura ha estado repleta –y, tristemente, aún lo sigo teniendo- de muchas vicisitudes e incomprensiones por parte de las Administraciones Públicas. No olvidemos que la ONCE está tutelada por un Consejo de Protectorado en el que están representados, entre otros, varios Ministerios, como el de Economía y Hacienda que es el que más trabas pone para el crecimiento de la ONCE ante el inminente aterrizaje de operadoras de juego extranjeras que ven en nuestro país un Estado que les puede reportar pingües beneficios en su arcas. La cuota de mercado, se ve seriamente amenazada.
Pero no hemos llegado hasta aquí para hablar de los problemas de la ONCE. No es el momento ni el espacio. Pero sí que es de recibo reconocer los méritos de una Organización que ha servido de correa de transmisión para el movimiento asociativo de la discapacidad. Por ejemplo, ha sido la impulsora de lo que ahora es el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad). O hace poco forma parte del Comité Ejecutivo de CEPES, la mayor organización de economía social que existe en nuestro país, que da empleo a más de 2 millones de trabajadores.
El pasado 11 del 11 del 2011, la ONCE quiso hacer un acto, y de veras que lo consiguió, de reivindicación y posicionamiento. Aprovechó la presencia de más de 1.100 personas de todos los sectores sociales, para dar las gracias a la sociedad civil que, a diario, compra el cupón, único medio de ingreso con el que, hasta el momento, cuenta la Institución.
Creo que las gracias se las tenemos que dar nosotros a la ONCE por transmitirnos, a diario, ilusión, por dejarnos soñar, de vez en cuando y por ofrecernos esperanza cuando, por un motivo u otro, hemos de llamar a su puerta.
Todos y todas, de algún modo u otro, somos ONCE.